5.-INMIGRANTES……….

Una vez llegados a sus nuevos destinos, los uruguayos generalmente cumplen un primer paso inevitable: se buscan entre sí, prospectan y exploran la posibilidad de encontrarse con otros coterráneos...
Luego de ese primer momento de “reconocimiento de la cancha” deberán jugar el partido, enfrentarse a la nueva realidad, buscar los “papeles” salvadores....
Cada mañana, miles de uruguayos en diferentes puntos del Mundo salen a trabajar: a limpiar edificios, a pintar casas, a arreglar cueritos de la canilla, a curar enfermos en los hospitales, a ensayar con músicos locales, a atender gente en los bares, a meterse en alguna oficina, a traducir libros, a dar o tomar clases en alguna Universidad de Chicago o de Clermont Ferrand, en la Autónoma de México o en la de Gottingham.
Cada mañana, esos uruguayos saldrán pensativos de su casa rogando que el auto arranque a pesar de la nieve, o tomarán el subte o el tren, con calor o con frío, extrañando “nuestros calores” o “nuestros fríos”, siempre más benévolos que aquellos, y echando de menos hasta nuestra inseparable humedad!!!
Hemos conocido a muchos de ellos, en diferentes lugares. Mayormente, pero no excluyentemente, los compatriotas se agrupan en sus clubes...Es muy común que exista el “Club Uruguay”, o el “Club de residentes uruguayos”. Los hay en Toronto y en Montreal, en Sydney y Melbourne, y en otras ciudades del Mundo...
Muchas de esas asociaciones se deshacen y se vuelven a hacer, y como no podía ser diferente a nuestro país, sus integrantes se pelean, discuten, se separan y se vuelven a unir....!!!!
El paso siguiente es de acercamiento a otros sudamericanos, compartiendo el karma de “sudacas” con chilenos y argentinos, peruanos y bolivianos, brasileños y ecuatorianos.
Se actualizan con las costumbres de sus nuevos compañeros en el duro camino del inmigrante: aprenden las letras de sus canciones, se emocionan con las cuecas chilenas, cantan las zambas salteñas, bailan sambas brasileñas y salsa centroamericana, van a la Plaza Garibaldi de Mexico a escuchar a los mariachis, reconocen sin titubeos “El Condor Pasa” en las quenas de los peruanos que tocan en la calle, toman chicha y caipirinha, tequila y ron cubano, comen empanadas sanjuaninas y locro chileno, y buscan en los supermercados vinos mendocinos, e incluso ahora, uruguayos.... Se pasarán el dato de donde hay “Canarias” en New York, dulce de leche en Helsinky, discos de Gardel enTurín...
Se harán hinchas de Montoya, escucharán a Yakira, irán a ver a Luis Miguel cinchados por esposas e hijas, discutirán comparando a Kirchner con Menem, a Lula con Fernando Henrique, a Obama con Bush.....
Como contrapartida, les harán escuchar murgas, candombes, tangos, les hablarán de Zitarrosa y de Artigas, de la matanza de los charrúas, de los diferentes tipos de tamboriles, les recordarán a los argentinos que una vez fuimos las “Provincias Unidas del Rio de la Plata”, discurrirán acerca de la infamia de nuestra participación en la guerra del Paraguay, les contarán del Graph Spee hundido frente a la rambla, de la belleza de Punta del Este aunque ya no sea nuestra, de la arquitectura lusitana de Colonia, de nuestras vacas y nuestras ovejas.....
Les prestarán libros de Benedetti y Tomas de Mattos, de Onetti y de Marciano Duran, les recomendarán enfaticamente leer “Las venas abiertas de America Latina” de Galeano, les hablarán de las obras del “ruso” Rossencof, defenderán la tesis del Gardel nacido en Tacuarembó y no en Toulouse, los atomizarán escuchando a Jaime Ross y al negro Rada, comprarán entradas para ir en patota a ver a “No te va a gustar”, se hincharán el pecho señalando que “Wynnants, a pesar del apellido, es uruguayo...” y tratarán de entender a Leo Maslíah, que aquí ni lo escuchaban.....
Es que existe un proceso de revalorización de ciertas cosas -estimulado por la distancia- para “ver” cosas que antes no veían por tenerlas tan cercas.....Algunos descubrirán el mate, el valor de un asado con amigos, bailar tangos, cantar canciones de murga, rememorar amores perdidos, afectos dormidos en algún lugar de su corazón....
Intentarán entender el beisbol, o el futbol americano, o el hockey sobre hielo.
Los futboleros –y aquellos que no lo son tanto- irán a ver a Forlán, a Suárez, al rifle Pandiani, y a tantos otros….A veces y desde su casa, seguirán a sus cuadros por Internet, e incluso se atreverán a mirar –con el compromiso de hacerlo civilizadamente- un clásico Uruguay Brasil o Uruguay Argentina con los propios rivales como anfitriones o invitados.....vino y asado mediante!!!!!
Comprarán casas y vehículos allá, pero tambien acá, pensando en algún día cuando peguen la vuelta. Adornarán sus hogares con cuadros de Figari, del Mercado del Puerto, de la rambla, colgarán en las paredes la bandera uruguaya, fotos y banderines de sus equipos y poblarán los rincones con tamboriles ....
Algunos se integrarán a los barrios propios de las ciudades que los reciben... Otros se recluirán en esos barrios de inmigrantes que muchas veces pueden observarse en las grandes ciudades europeas y americanas. Pequeños ghetos...enclaves del tercer mundo dentro del primer mundo, donde algunos mantienen sus costumbres, su comercio, sus culturas e incluso su medicina, como el caso de los numerosos barrios chinos de las grandes urbes...
Pero, mayormente, los inmigrantes permanecen por siempre ligados a su orígen, a su pasado; soportan su legado histórico luchando a brazo partido contra lo “nuevo”que los impulsa a recorrer un proceso de asimilación de la sociedad que los acoge, proceso éste que es vital para su adaptación y en consecuencia para su permanencia. O lo que es lo mismo, para su éxito o su fracaso....
Muchos se integran rapidamente a la vida del país que los recibe legal o clandestinamente, conviven con su gente, tratan de entender su idiosincracia, sus costumbres, se mimetizan en las sociedades receptoras. En ocaciones, llegan incluso a metamorfizarse, especialmente despues de vencer la barrera del idioma.
Todos, sin distinción, guardan en su interior –mayormente disimulada o no- una esquina de su personalidad muy ligada a su orígen...
Todos, sin excepción, quedan con el tiempo cada vez mas atados a su nuevo destino, anclados por los nuevos amigos, las mejoras laborales, sus hijos, y hasta por sus nietos...El presente y talvez el futuro los amarran a los nuevos puertos, el pasado tironea desde sus lugares de orígen...
Como decía anteriormente, su alma queda definitivamente dividida en dos. Quisieran vivir acá, con todo lo que logran allá....pero no siempre se puede.
Se hace cada vez mas difícil decidir el retorno.....y mientras eso se decide, la vida pasa, ..... allá y acá...
Es duro el oficio de inmigrante...
“El que se fue no es tan vivo, el que se va no es tan gil.....”