8.-AYER SOÑE QUE SOÑABA.....

-“Ayer soñé que llegabas
y por soñar, no te vi...”
(Mario Carrero)
Los seres humanos sentimos la necesidad de soñar.....
Soñamos con recuperar lo perdido, con mantener lo obtenido...
Pero, el mayor tramo de nuestros sueños se orienta a lo que no tenemos, a lo que sentimos necesidad, a lo que nos hace falta...
Claro que no es lo mismo lo que nos falta en el plano de los afectos que en el plano material: no es lo mismo soñar con un gran amor que con un auto super sport. En especial porque lo primero puede costarnos menos comparado con lo segundo, siempre que ese gran amor no sea una compradora compulsiva, claro, o nos deje amurados colaborando con la permanencia de alguna letra de tango .....
Pero acordemos que los humanos tenemos siempre sueños mantenidos por los silencios de palabras pero no de pensamientos que pueblan nuestras mentes en las noches de insomnio, mientras devoramos kilómetros en viajes interminables, mientras miramos por las ventanillas de los ómnibus mirando el paisaje sin verlo....
Ellos, se vuelven nuestros compañeros de viaje, al menos por ciertos trechos.
Nuestros sueños suelen convertirse en metas, en mojones de nuestro camino, en las vallas similares a que los atletas deben vencer saltando limpiamente.
Y muchas veces, esos sueños se transforman en los motores de nuestros movimientos, aceleran nuestros pasos por la vida, nos hacen trabajar, estudiar, practicar, en fin, usar las herramientas que tenemos a mano para poder cumplirlos...
Y no es cuestión de metas pequeñas o grandes, ya que la dimensión y la importancia de cada una de ellas es única y específica para cada uno de nosotros: los logros que para algunos pueden ser insignificantes, para quien los obtiene pueden ser de enorme valor.
Claro que tan importante como arribar a esos sueños es disfrutarlos.
De poco serviría tomar nuestra vida como una competición con nosotros mismos sin detenernos a valorar lo que hemos logrado.
Porque descansar luego de la obtención de esas metas es como llegar a un remanso, a la orilla, a apreciar el premio al esfuerzo realizado.
Cuando por los años 60 era estudiante liceal, mientras a la luz de un farol a queroseno en mi humilde casa de 25 de Mayo me devoraba el libro de Historia de Secco Ellauri, soñaba con conocer la Alhambra de Granada, en la hermosa Andalucía del sur español.
Aquellas clasicas fotos del Patio de los Leones y de los jardines del Generalife, me llevaban lejos, hasta que la realidad me aterrizaba nuevamente para cumplir con la rutina de tomar el tren de las 12 para ir al Liceo de Independencia y Barreiro, en Florida y disfrutas de las clases de Historia de don Asdrubal Alzatti, o del Profesor Castro Alvarez….
Pensaba que nunca podría realizar ese sueño. Eso pensaba. Pero me equivocaba...
Porque que un día la Vida me dio la oportunidad de conocer Granada.
Y no conforme con darme una primera, me dio una segunda por lo que volví a equivocarme al despedirme la primera vez de la Sierra Nevada desde lo alto de las torres del palacio de Carlos V al pensar que nunca mas volvería a verla.....
Lo más reconfortante para mí, fue que ese sueño cumplido por duplicado me lo dieron mis dos grandes pasiones, mis dos profesiones. Cuando la Geología me llevo por primera vez a Francia, no dude en tomar un tren de Paris a Madrid y de ahí irme a Granada, a cumplir mi sueño.
Mas tarde fue la música la que me dio la oportunidad, cuando se realizo la cumbre Mundial del Tango en Granada.
Me demostré a mí mismo que el método de trabajar duro para llegar a los sueños, para arribar a las metas fijadas era válido. Al menos en mi caso, así lo fue siempre.....
Que puede haber alguna mano que venga de allá arriba, no lo dudo, pero que eso solo no alcanza tampoco lo dudo, que hay que ayudarlo.
Al fin y al cabo, soñar, no cuesta nada.......el costo real, doloroso, pero al final disfrutable, está en el camino entre el pensar y el hacer.....