4.-INTEGRACION EXTRAPARTIDARIA.....

Por esas cosas que tiene Montevideo, ambos coincidieron en la misma esquina y con la misma función: atender el puesto callejero partidario en Rivera y Luis A. De Herrera.
El, llegó un día y armó el suyo en la esquina del bar, al lado del toldo de la parada de ómnibus.
Ella, llegó dos días después y se fue a la vereda de enfrente, pero le alcanzaron dos días más para percibir que por allí no pasaba tanta gente como por donde él se había ubicado.
Cargando sus bártulos, ella cruzó Rivera y armó su stand al lado. De hecho, se transformaron en vecinos....
Vecinos y colegas. Separados por los colores pero unidos por la función de repartir los sobres con las listas de votación.
Los primeros días se miraban de reojo, como desconfiados. Mas adelante, se saludaban al llegar y al retirarse por las noches. Hasta que una mañana ella rompió el fuego cuando, luego de una búsqueda infructuosa en los bolsillos de su jean apretado, le preguntó:
-¿Tenés fuego?
-Claro, dijo él. Y acercándole la llama de su Bic protegida por su mano, aprovechó para mirar su cara más de cerca......
No está nada mal la rubia, pensó él, y encendió su cigarrillo con la misma llama.
No está mal el flaco, pensó ella, mientras tiraba el humo y lo observaba fijamente cuando él prendía el suyo.
Y casi sin querer comenzaron una conversación banal, cortada, como dándose tiempo, presintiendo el inicio de un acercamiento para llenar los espacios vacíos que quedaban por delante. Es que la campaña recién se iniciaba.....
-¿Y vos que hacés?, además de estar aquí, digo, preguntó ella.
-Estudio cuando puedo, pero hago otros trabajos, en fin me revuelvo. ¿Y vos?.
-Y ahora nada, solo esto. He estudiado algunas cosas pero no encuentro laburo. Aquí por lo menos me gano unos mangos..... ¿Vos también estás en la misma?
-No, dijo él con una sonrisa algo canchera, yo estoy aquí por pura militancia, por mis ideas.....
-Ah, me lo suponía, dijo ella....Y la dejó por ahí.
Al llegar cada noche, ambos tomaban el mismo ómnibus pero en direcciones contrarias. Ella, rumbo al centro por Rivera, él rumbo al Buceo también por Rivera.
-Parece que a tu stand viene más gente que al mío, le dijo ella sonriente una mañana. Las encuestas le dan bien a Uds.....
-Y sí, eso parece..... ¿No me cuidás el quisco que voy al baño?
-Claro, dijo ella, pero.....y si viene gente, ¿qué hago?
-Y les das la lista, ¿qué vas a hacer? No tengas miedo que no queman, le dijo él con una sonrisa socarrona ya rumbo al bar.
Ella se quedó algo nerviosa pero divertida. Pero por dentro rogaba que volviera pronto.
Pasaron los días. Las elecciones se acercaban.
Una mañana él no vino. Mandó a otro compañero, pero ella sentía que algo faltaba en la esquina.
Al mediodía no se aguantó más, y preguntó:
-¿Y qué pasó con Juan? ¿No viene más?
-No sé, dijo el nuevo, a mí me mandaron para acá.....
Un día antes de la veda Juan reapareció y ella creyó que el sol brillaba más fuerte.
-¿Te pasó algo? dijo ella muy seria.
-No, nada, me había olvidado de un examen...No me digas que te pusiste nerviosa....
Ella trató de ocultar su sonrojo lamentando haber quedado pegada, pero él no le dio tiempo:
-¿Que te parece si esta noche nos tomamos una cerveza en el boliche? Digo, ya que esto se termina....
-Bueno dijo ella, ya recompuesta......
Esa noche, ambos terminaron de aproximarse, se tomaron varias cervezas y al fin también se tomaron el mismo ómnibus pero esta vez en el mismo sentido. Parecía que encontraban un nuevo camino y estaban determinados a recorrerlo juntos....
Alguien me comentó que vieron al flaco Juan de la mano con su rubia y festejando el domingo por la noche por 18 de Julio.
Me contaron, pero yo confieso que no los vi....