7.-HACER Y RECORRER LOS CAMINOS.

Cuando una tarde de hace ya un tiempo observaba a mis compañeros abrir un sendero a hachazos entre los espesos montes de las sierras del Yerbal para que los que veníamos detrás pudiéramos transitar y trabajar más cómodos, me vino a la mente aquello de:
“Caminante, no hay camino
se hace camino al andar.....”
Es que algunos dicen que la vida esta llena de caminos....otros sostienen que es uno solo. Hasta alguna vez alguien dijo, muy soberbiamente, que todos los caminos conducen a Roma.
Lo cierto parece ser que la vida es un recorrido que implica una multitud de sendas pero en el mismo sentido y que –inevitablemente- nos llevan a la última estación.
Como si fueran múltiples opciones pero apuntando en el mismo sentido.
Sendas imbricadas, radiadas, reconstruídas, abandonadas, planas, con relieve quebrado, a veces asfaltadas y otras, llenas de piedras.
Considerando al proceso de vivir como algo dinámico, no estático, en cualquier momento de nuestra vida –hasta sin darnos cuenta- estamos recorriendo algún sendero.
Cuando llegamos a este Planeta nos encontramos con un mapa de caminos que ya existen, a veces con un alto tráfico, como si fueran autopistas llena de humanos.
Y a partir de ese momento, otros humanos nos indican los posibles recorridos, como policías de tránsito colocados la vera de los mismos, para advertirnos de los cruces peligrosos....
A algunos les pasa que no entienden las opciones, no están muy conformes con lo que se encuentran.
Como Vicentico cuando dice algo mas o menos asi:
“Los caminos de la vida
no son los que yo esperaba.
no son los que imaginaba
no son como yo creía......”
Pero esos caminos los construyeron y los construyen los mismos hombres, pero no cualquiera sino los “creadores de caminos”, los ingenieros de la vida. Aquellos que, como si cayeran de un avión en plena selva, toman el machete frente a todos los demás colegas de infortunio y dicen: es por aquí....
Y si no nos satisface dicha opción, tenemos la posibilidad de inventar otra, dependiendo de factores como nuestro intelecto, y el entorno social y cultural en que vivimos.
En consecuencia, sea aceptando los anteriores o sugiriendo nuevos recorridos, en la Tierra coexisten seres humanos que hacen las autopistas y una masa con inercia variable que recorre caminos pre existentes..
Que fueron creados por otros hombres, por aquellos que vivieron para demarcarlos y ponerles las señales: curva peligrosa, disminuya la velocidad, cruce de trenes....
Y es lógico que sea así.
No todos podemos ser Cristo, ni Colón, ni Amudsen ni Piazzolla, ni da Vinci ni Bach, ni Mandela ni Torres García, ni Artigas ni Bolívar, ni Van Gogh ni el Che Guevara, ni Marx ni Einstein.
Ni Pasteur ni Ghandi, ni Mozart ni Luther King, ni Gardel ni el Dante, ni Mao ni Louis Amstrong, ni Hendel ni Lincoln, ni Ford ni Newton, ni Flemming ni tantos y tantos otros que en el arte, en el pensamiento o en la ciencia marcaron –con sus opiniones, obras, descubrimientos, filosofías o solo con sus actos- distintas sendas al resto de la Humanidad.
Sendas que fueron o son parcial o totalmente aceptadas o rechazadas, masivamente recorridas o abandonadas luego de cierto tiempo...
Pero ellos fueron distintos.......porque fueron los que justamente dijeron: es por aquí.
Y la lista no es exclusiva ni excluyente.
Porque nunca falta el momento en que aparecen otros ingenieros que indiquen nuevas orientaciones, que tracen puentes donde antes no había, que derriben montañas físicas o conceptuales, que oxigenen y renueven la Historia.
En síntesis, que simplemente, la hagan....
El desafío para los que conformamos los rebaños es la elección, el acto de escoger a conciencia lo que nuestras convicciones nos sugieren. O sea, ser también nosotros los modestos ingenieros de nuestro propio camino.