27.-EL MUNDO EN QUE VIVIMOS.

Lo que mas hay sobre la Tierra son paisajes, al decir de Jose Saramago, Premio Nobel de literatura hace poco desaparecido.
Y es cierto. Si observamos con atención veremos que todo los que nos rodea es paisaje: plantas, animales, cielos mares, hombres, y en consecuencia, sus construcciones y sus destrucciones. Geografía Humana que le dicen, que es mas amplia que la sola Geografía Física.
Pero es indudable que desde que llegó el Hombre, el paisaje terrestre comenzó a cambiar sustancialmente. Ni las plantas ni los animales, usuarios ancestrales del Planeta, encauzaron sus vidas hacia la destrucción de su habitat natural. Hasta donde sabemos, las agresiones de gran impacto fueron externas, como la que causó la desaparición de los dinosaurios en el Mesozoico. O en todo caso, los animales se exterminaban entre ellos, dejando intacto el medio que los rodeaba.
El Hombre, en su loca carrera progresista ha construido y destruido partes del Planeta, y las señales de esa ecuación (o inecuación?) se observan en la corteza del “huevo” terrestre.
Históricamente, el Hombre ha destruído por y/o para conquistar. Hay dos motivos fundamentales que dispararon y disparan los gatillos de sus armas de destrucción: el dinero y las religiones. Detrás de ellos, el poder, de cualquier índole: político, financiero, económico, religioso, etc....
Autodeterminándose como el habitante mas inteligente de la Tierra, el ser humano ha construído ciudades, monumentos, torres, puentes, puertos, iglesias, rascacielos, pirámides, y además, autos, barcos y aviones para moverse mas rápido entre dos puntos cualesquiera. Pero a pesar de aquella autoconsideración y su alta autoestima, no ha podido construír mares, ni desiertos, ni cordilleras, ni animales (a pesar de la tan experimental como efímera y publicitada oveja Dolly). Eso se lo deja a la Naturaleza, las mas poderosa fuerza primaria creadora de vida.
Y probablemente envidioso de ésta y su capacidad de generar y regenerar vida en equilibrio, el Hombre ha inventado también armas para matarse, bebidas para matar la sed, dinero para matar a sus semejantes. También los cigarrillos, los pesticidas, los fungicidas, la droga, los tóxicos, las guerras... A medida que transcurren los siglos, el Hombre va dejando las marcas indelebles de su rol destructivo.Algunas parecen manchas sobre la piel de la Tierra, una especie de acné juvenil que resulta un insulto a su rol protagónico, a su tan mentada inteligencia, a su ya dudoso buen sentido. A veces reconstruye...a veces....pero no siempre. Normalmente agrede el paisaje, usa, pero no limpia ni menos, recompone....
La Naturaleza demoró siglos en transformar mares en cordilleras y cordilleras en mares, bosques en desiertos y desiertos en bosques. Ella maneja gradual e inteligentemente esa reacción bi direccional que implica el pasaje de la vida a la muerte, o viceversa. También destruye, claro, mediante terremotos, explosiones volcánicas, maremotos, tempestades, huracanes, desmadres de los rios, rayos, tormentas, etc. Pero a la escala del tiempo que ella maneja, mucho mayor que la del Hombre, esos procesos sun puntuales deslices de su afan constructor!!! Quiero decir que en el balance, es mas constructora que destructora.
La propia Naturaleza parece ser incapaz de destruír el planeta (al menos hasta ahora).
El Hombre no. Su proceso destructivo es instantáneo, rápido, efectivo. Parece actuar siguiendo las leyes del Mercado, en que un competidor es visto como un enemigo y no como un contricante momentáneo.
Rompe a marronazos violentos, certeros, brutales....
En pocos años desaparecen bosques con la tala de árboles autóctonos en un proceso sin adecuada reposición. Mata animales hasta el exterminio, preocupándose pocas veces en salvarlos. Desertifica antiguas praderas, represa y cambia el curso de los ríos, contamina las aguas subterráneas y los mares, levanta fábricas eliminando al medio ambiente efluvios tóxicos. Además, ha logrado atravezar la atmósfera para llegar a la Luna pero no logra evitar el uso abusivo de sus equipos de refrigeración y aire acondicionado, esos que lo llevan a vivir mas cómodo no obstante el daño irrecuperable a la capa de ozono...Los mares suben su nivel por el retroceso de los hielos polares, debido al calentamiento del planeta. Los climas cambian....todo por su obra!!!
Pero tampoco el Hombre escapa a su propia acción, no solo daña a la Naturaleza sino a sus semejantes, a sus compañeros de viaje en la eterna (¿) peregrinación alrededor del sol.
En pocos años también desaparecen civilizaciones y sus ciudades. Y por supuesto, como un trágico plus, algunos humanos poderosos ahogan las culturas de otros humanos menos poderosos y –en consecuencia- mas desprotegidos. O los mueve de aquí para allá, según su conveniencia y libre albedrio, sin consultarlos, excluyéndolos de sus habitats naturales para colocarlos en otros artificales que irónicamente llama reservas.
El Hombre conquista, mata si tiene que matar y a veces sin necesidad de hacerlo. Irónicamente, siglos o pocos años después el propio Hombre busca, desentierra e intenta colocar en su lugar aquello que destruyó, como se buscan hoy a las ciudades mayas desaparecidas, o se intentan recuperan los hermosos monumentos aztecas, egipcios, fenicios, incas..... O mucho mas acá en el tiempo, como se reconstruyó Berlín, o como todavía lo hacen con la Catedral de Dressden, tratando de unir pacientemente pieza con pieza.
Recupera los monumentos claro, las vidas son irrecuperables.....
El Hombre entierra presentes para que vayan rápidamente al pasado, y en el futuro se preocupa por volverlos nuevamente presentes.
Varios países primer mundistas donaron muchos miles de millones de dólares para la reconstrucción del recién destruído Irak. Destruímos para despues reconstruír.... ¿Tiene alguna lógica? Evidentemente que en la óptica dominante de los policías económicos del Mundo si; en la visión racional de culquier ser humano elemental no, por supuesto.
El destino de toda la Humanidad pende de algunos presidentes y de los líderes religiosos de turno, a los cuales vemos diariamente jugar con nuestras vidas en un póker trampeado y con las cartas marcadas.... Todo ésto en vivo y en directo, entre unos pocos, y a miles de kilómetros de distancia.
No hay caso. Destruír es mas facil que construír. Y además lleva menos tiempo.
Parecería ser que gran parte de la vida del Hombre está sustentada en la industria de su propia muerte.